La piel, con ungüentos, aceites y baños perfumados o de leche cuidaban de mantener una piel tersa y extremadamente suave.
Los ojos se remarcaban en negro, engrandeciendo y suavizando su forma natural, maquillándolos en tonos turquesas o azules que obtenían a base de mezclar tierra, cenizas y tinta.
Las cejas maquilladas gruesas y de un negro intenso, era tan largas que se escondían por las pelucas.
Productos extraídos de las plantas eran utilizados para el blanco de la cara, el rojo-naranja para las mejillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario